martes, 30 de septiembre de 2008

POEMA DE AMOR


    EL
    Qué feliz soy amor mío!
    Pronto estaremos casados
    el desayuno en la cama,
    Un buen jugo y pan tostado
    Con huevos bien revueltitos,
    todo listo bien temprano,
    Saldré yo hacia la oficina
    y tú rápido al mercado
    Pues en sólo media hora
    Debes llegar al trabajo.
    Y seguro dejarás
    Todo ya bien arreglado
    Pues bien sabes que en la noche
    me gusta cenar temprano.

    Eso sí, nunca te olvides
    Que yo vuelvo muy cansado
    Por la noche, teleseries,
    Cinemateca barato.
    No iremos nunca de shopping,
    Ni de restaurantes caros
    Ni de gastar los dineros,
    Ni despilfarrar los cuartos.

    Tú guisaras para mi,
    Sólo comida casera.
    Yo no soy como a la gente
    que le gusta comer fuera…
    ¿No te parece, querida
    Que serán días gloriosos?
    Y no olvides que muy pronto,
    Yo seré tu amante esposo.


    ELLA

    ¡Que sincero eres mi amor!,
    ¡Que oportunas tus palabras
    Tú esperas tanto de mí
    que me siento intimidada.

    No se hacer huevos revueltos,
    como tu mamá adorada
    se me quema el pan tostado,
    de cocina no se nada
    A mi me gusta dormir
    casi toda la mañana.

    Ir de shopping,
    hacer compras
    con la Mastercard dorada,
    tomar té o el cafecito
    en alguna linda plaza,
    comprar todo de diseño
    y la ropita muy cara.

    Conciertos de Luismi y Juanga,
    cenas en La Guacamaya,
    viajes a Punta Cana
    a pasar la temporada.

    Piénsalo bien, aún hay tiempo
    la iglesia no está pagada.
    Yo devuelvo mi vestido,
    y tú, tu traje de gala.
    Y el domingo en el diario,
    con letra bien destacada:

“HOMBRE JOVEN Y BUEN MOZO
BUSCA UNA ESCLAVA MUY LERDA
PORQUE SU EX FUTURA ESPOSA,
AYER LO MANDÓ A LA MIERDA”

sábado, 20 de septiembre de 2008

V I O L I N I S T A .

Aquella podría ser una mañana más como otra cualquiera.
Un sujeto entra en la estación de Metro, va vestido con un pantalón vaquero, una camiseta barata y se sitúa cerca de la entrada...

Extrae un violín de la caja y comienza a tocar con entusiasmo para toda la gente que pasa por allí, es la hora punta de la mañana.

Durante los 45 minutos que estuvo tocando el violín, fue prácticamente ignorado por todos los pasajeros del Metro.

Nadie sabía, que ese músico, era precisamente Joshua Bell, uno de los mejores violinistas del mundo, ejecutando sin parar las piezas musicales más consagradas de la historia, con un instrumento muy especial, un violín Stradivarius, estimado en un valor de más de 3 millones de dólares.

Unos días antes, Bell, había tocado en La Sinfónica de Boston, donde los mejores lugares para el concierto costaban la bagatela de 1000 dólares la entrada.

Esta experiencia que ha sido grabada en video, muestra a hombres y mujeres que caminan muy rápido, cada uno haciendo una cosa, pero todos indiferentes al sonido del violín...

La iniciativa fue realizada por el Diario The Washington Post, con la finalidad de lanzar un debate sobre el valor del arte, y de su contexto.

CONCLUSIÓN: Estamos acostumbrados a dar valor a las cosas cuando están en un determinado contexto.

En este caso, Bell, era una obra de arte en sí mismo, pero fuera de contexto, un artefacto de lujo sin la etiqueta de la marca.

Véalo usted mismo

Nota: Tiene 41 años de edad. Al retirarse de tocar en el Metro tenía en su funda sobre el piso 32 dólares.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

ODA AL CHORIPAN



De madre chorizo,
de padre pan,
hijo mestizo
de nombre choripán.

La marraqueta abraza
a la longa chillaneja
bronceada a las brazas
con la guata contra la reja

Irresistible para el olfato
chúcaro para el aliento
ponga ojo con el gato
y ceja con el perro hambriento

Una cuchara de pebre
la línea de mayonesa
pone al seco alegre
de los pies a la cabeza

Lo esperan con largo diente
todos parecen jotes
al ritmo del son crujiente
hasta chuparse los bigotes

A la hora del balance
de nada vale que te mientas
aunque saltes aunque dances
calorías son quinientas
Horacio Arias, Chile