Con nuestros más fervientes deseos y fuerzas a la Familia Velasco Saavedra, que la princesa de la casa se recupere y vuelva a iluminar sus vidas.
A pesar de que las altas temperaturas, el buen tiempo y el verano en sí, nos invitan a darnos un chapuzón, debemos tener precaución a la hora de adentrarnos en el agua, ya sea en la piscina, en el mar o en cualquier otro lugar, pues aunque aparentemente no entrañe peligro, podemos sufrir serias lesiones.
Los niños son los más propensos a sufrir este tipo de accidentes pues su inmadurez y su atrevimiento los conduce directamente hacia al peligro.
Normalmente y si existe un mínimo de responsabilidad, vigilamos a nuestros pequeños cuando están disfrutando de las múltiples actividades acuáticas que se pueden realizar en el agua, pero a veces nos relajamos o nos despistamos por un momento, algo que puede ser fatal.
Los accidentes en las piscinas y en el mar, están a la orden del día, por lo que no sólo hay que prevenirlos sino estar atentos para actuar en caso de que este tipo de suceso se produzca.
Aunque las actividades acuáticas son divertidas y saludables para adultos y niños, debemos recordar que el agua no es el medio natural de las personas.
Según las estadísticas, los menores de 5 años y los mayores de 14 años, son los que tienen mayor riesgo de sufrir este tipo de accidentes en el agua.
En algunos países en los que el calor y las altas temperaturas son predominantes, la muerte por asfixia por inmersión, o asfixia por ahogamiento es la tercera causa de muerte entre los traumatismos que afectan a menores de 14 años.
Evidentemente en la prevención y en la vigilancia del goce de los niños en el agua, está el secreto para evitar estos sucesos que pueden dejar graves secuelas en nuestros pequeños e incluso, provocarles la muerte.
Algunos consejos vitales en la prevención de los accidentes en el agua son:
• No deje a un niño solo cerca del mar, piscina, etc, aunque sepa nadar
• No deje que los niños se bañen después de comer.
• Edúquelos para que no jueguen en el borde de la piscina, pues pueden resbalar y golpearse.
• No deje que entren de golpe en el agua la primera vez que se bañen, después de comer, de haber tomado mucho tiempo el sol o de haber hecho un ejercicio intenso.
• Evite que los niños se tiren de cabeza sin comprobar antes la suficiente profundidad, y la no existencia de elementos o personas contra los que puedan chocar. Se evitarán así lesiones en la cabeza, cuello y espalda.
• Eduque a sus hijos para que no jueguen a “darse empujones” con otros niños alrededor de la piscina, a saltar uno por encima del otro, a “hundirse”, a lanzarse en cadena por el tobogán, etc.
• Enseñe a nadar precozmente a los niños, y edúquelos para que no naden en sitios prohibidos.
• Ponga atención a las normas de uso de la piscina y a las señalizaciones referentes a la profundidad de ésta.
• Dé a conocer la existencia y utilización de los chalecos salvavidas a su pequeño.
• Algunos accidentes se desencadenan por la acción de las bombas de succión. Vigile en la medida en que le sea posible, la puesta en marcha de éstas mientras sus pequeños disfrutan del agua.
• Algunas piscinas cuentan con alarma, pero no se confíe, pues éstas actúan cuando el niño ha caído al agua, y 3 minutos bajo ella, pueden provocar daños neurológicos irreversibles.
Realizar un curso de Reanimación Básica no está de más para saber cómo actuar en caso de un accidente, ya que la prevención no basta para evitar este tipo de sucesos y en caso de que éstos ocurran, es necesario estar preparado para poder llevar a cabo las primeras maniobras, que en la mayoría de los casos, son decisivas y vitales para salvar al afectado. |
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